Por Mabel Sapino, Dra. en Psicología por la UNR e integrante de nuestra organización.

Rigoletto portada

La autora es miembro de APdeBA y Ex Miembro Titular con Función Didáctica Asociación de Psicoanálisis de Rosario.

Instantáneas y entretelones

Mientras el último acto de la opera Rigoletto transcurría y “la donna e mobile” se oía entre bambalinas, una experiencia sónica se sumaba a lo que en la sala se escuchaba.

Entre lo ficcional y lo objetivamente real, los sonidos de una copiosa lluvia desatada se entremezclaron confundiendo a quienes seguían una puesta en escena de noche tenebrosa y lluviosa.

Intentar considerar que la experiencia de sensible receptividad en la escucha de un avezado espectador en una sala de conciertos guarda similitudes con la de un psicoanalista, puede ser aceptada viniendo de una espectadora psicoanalista que no desconoce tampoco que se guardan diferencias.

Sabemos que cuando en la sesión se generan instantes de profunda empatía se logran experiencias de relacionamiento que superan al mismo relacionamiento verbal.

En una sesión psicoanalítica se incrementa “el realismo” cuando los efectos de la transferencia despiertan algo nuevo o actualizan el pasado. Entonces la presencia del analista con su persona con su capacidad atención y percepción flotante acompaña la escucha aportando palabras que discriminan ambas realidades respetando la conexión de lo mágico que se vivencia.

Por esto la entrada y salida de una sesión guardarían similitudes con las de un teatro ya que ambas convocan a superar lo objetivo en el mismo teatro de la mente.

De estas relaciones y conexiones entre ficción y realidad tratan las experiencias artísticas en general.

Paul Auster anota al respecto…. “En un trabajo de ficción, se da por sentado que hay otra mente consciente detrás de las palabras de una página; pero ante los acontecimientos del así llamado mundo real, nadie supone nada. La historia inventada está formada por entero de significados, mientras que la historia de los hechos reales carece de cualquier significación más allá de sí misma. Si un hombre dice “me voy a Jerusalén” uno piensa “que bien se va a Jerusalén”. Pero si un personaje de un libro pronunciara esas palabras, la reacción que produciría no sería en absoluto la misma. Por empezar uno pensaría (…) en su historia, papel religioso, su función en el lugar místico” (…) “Uno dice Don Quijote es una conciencia que se transforma en el reino de lo imaginario pero luego mira a una persona loca en el mundo real y no dice nada, o tal vez se refiera a la tristeza de una vida malgastada”.

Digo por ahora que el escritor aporta de este modo y apela al mismo Freud para dar cuenta de la conexión que existe entre lo real y lo imaginario al momento de otorgar significados. Más adelante volveré a retomarlo…

Disponerse a una sesión de análisis, a una lectura de poemas, a una visita a un museo o a un teatro, implica disponerse a suspender por un tiempo la conexión con la realidad para luego retomarla; algo similar al prepararse para ir a dormir y poder hacerlo volviendo a amanecer sorprendidos por algo soñado.

Del mismo modo en aquella velada a algunos de los espectadores dispuestos a la experiencia nos costó la vuelta tal como a veces acontece en los sueños. Allá confrontamos un escenario no menos operístico, ya que “un otro telón de lluvia real” nos colocaba en el lugar de los personajes de la ópera. Entonces se podía escuchar: “parece que no terminó la función…” “me parecía que llovía…pero me confundí con la puesta en escena y la música”.

Los pensamientos como palabras no dichas nos acompañan en los momentos de pasajes. Ellas son como bisagras, aunque no exclusivas del mundo racional y objetivo, ya que también nombran lo subjetivo resonando en un proceso que va atravesando bambalinas.

Esos entretelones podemos decir que son los recorridos de las transformaciones que marcan el pasaje desde una ficción poblada por representaciones de sensaciones de experiencias concretas, de fantasías y representaciones de sustituciones e imaginaciones propias de los niveles simbólicos.

En una sesión la conjunción en el diálogo de analizando y analista no ignora los aportes de un “inconsciente capaz de consciencia” que comunica dos mundos. La asociación libre y atención flotante tanteando entre bambalinas cooperan entonces en el descubrimiento de las secuencias de un discurso profundo, más rico y más complejo.

Entonces dicho esto si vuelvo tras el párrafo de Paul Auster dejado en suspenso, ya que vamos tras los significados de un discurso entre la ficción y la realidad, porque además de lo real o lo imaginario nosotros los psicoanalistas disponemos de un creativo dispositivo: el espacio y tiempo de la sesión de análisis.

En ella se exploran en una doble revuelta sobre sí mismos a ambos partícipes, de modos diferentes pero allí entonces, las presencias, la palabra, los silencios están en vivo entre la ficción y la realidad.

Se dice que cuando una obra de arte logra comunicar atraviesa “la prueba de la realidad” y se sostiene como “clásica”. Y esta ópera de Verdi resulta actual porque permite desarrollar la tragedia de quien sufre violentado tanto por su naturaleza deformante como por el poder que lo manipula. Y este resulta un tema de profunda actualidad en nuestro Congreso de FEPAL 2014 porque los participantes somos latinoamericanos que vivimos una realidad común que no puede dejar afuera una violencia que manipula y amenaza.

Ambos participes de una sesión “analistas y pacientes” podemos pasar a ser personajes y desde allí intentar revertir círculos viciosos.

Rigoletto al tornarse un ser vengativo como resultado de dicho maltrato, violenta a su vez con sus burlonas palabras a otros recibiendo a cambio aquella maldición que lo perseguirá hasta la tragedia final acá representada. La fuerza del castigo se apodera de una palabra que lo amenazará cerrando la secuencia. Para Rigoletto el significado de su tragedia se encontraría contenida en una amenaza verbal.

La obra permite desde la ficción considerar la nefasta secuencia y encadenamiento de la violencia que se asienta sobre la palabra como una herramienta en el límite.

La frontera consigo mismo y con los otros se juega entre ficción y realidad, en especial en el marco del encuadre de una sesión terapéutica.

La palabra, entonces al encontrarse con la violencia puede ser víctima o victimaria, puede ser representante representativo y ser protagonista. La carga de afecto con ellas se entreteje y dice tanto en la salud como en la locura. Y los niveles narrativos encuentran de este modo múltiples formas de expresión atravesando fronteras oníricas.

Por lo tanto en nuestros estos especiales discursos, lo que no debemos perder de vista es que muchas veces son las palabras mismas las víctimas reales, tal como el mismo personaje de Gilda, ya que quedan atrapadas sin poder salirse del saco mortal, ni resucitar cuando el telón cae.

Los psicoanalistas trabajamos en este doble nivel, entendiendo que estas cuestiones están en las mismas raíces de una agresión mal desarrollada por falta de acompañamiento de un medio y entorno adecuados que pasan a ser desde inapropiados hasta tóxico. Sabemos porque operamos “en realidades superpuestas” que se crece en escenarios cargados de desilusiones, incomprensiones, frustraciones y heridas que intentamos enlazar acompañando un encuentro de sentido que recupere la esperanza de una continuidad vital perdida. Pero nosotros los psicoanalistas también compartimos con nuestros pacientes este tiempo histórico en el que acontece la sesión.

Lo complejo reside en que si bien en la sesión “estamos en otro espacio y tiempo”, el entrecruzamiento de realidades se da: tácitamente acordamos suspendernos mientras se generan y comparten experiencias profundas y estéticas bañadas de contenidos que superan las mismas palabras .

Anota el psicoanalista C. Bollas:
“Todos somos un novelista, un compositor, un pintor, un escultor, un bailarín oculto. Componemos - mediante el lenguaje, el sonido, la imagen, el gesto y el movimiento - miles de ideas inconcientes sobre el mundo en que vivimos” .
Con esperanza en este escenario entonces la creatividad es también posible.

Más allá de un relacionamiento verbal

Al ocuparnos de las palabras paradojalmente debemos valernos de ellas, como un instrumento en la práctica de esta singular re – vuelta , para ir más allá de ellas mismas.

En las sesiones atravesamos lo complejo acercándonos a lo más simple del sí-mismo donde reside lo auténtico: el ser. El asociar libremente nos conduce a diferentes modos de relacionamiento que hablan de encuentros y desencuentros.

Ellas susurrantes o potentes suscitan, despiertan levantando contenidos, que las defensas, por lo doloroso puede llegar a sepultar hasta en el mismo cuerpo.

Verdaderos tesoros escondidos y guardados bajo siete llaves. Cada sesión nos ofrece una nueva combinación.
Un ser que padece se alivia si habla. Por eso el conversar es bueno y tanto es así que Freud supo hacer de él y del íntimo diálogo terapéutico un instrumento.

Y si bien – en tiempos de las imagines- más que nunca el dicho “una imagen vale más que mil palabras” valido para territorios del proceso primario sabemos que las palabras como representaciones al pasar al reino de la conciencia se deben ajustar a los códigos del proceso secundario que le reclaman forma y compostura.

Entonces también ellas saben que deben vestirse para la ocasión en el mundo de las relaciones del arte y la ciencia.
El psicoanálisis precisa de las palabras pero en la sesión solicitamos al paciente una especial excepción. Tanto una auto observación como que suelte su lengua, porque precisamos que las palabras no queden encadenadas.

Por tanto entre silencios, tropezones, lagunas, ataduras, fantasmas, sueños y fantasías, sus resistencias y combinaciones múltiples saldrán a la luz y serán atendidas. Cuando las palabras discurren se logran composiciones de un nivel simbólico que otorga sentido renovando la vida.

Ivonne Bordelois anota “el rescate de la palabra es un requerimiento de una nueva conciencia ecológica”
¿Los psicoanalistas respondemos a ese llamado? La asociación libre se vale de los pensamientos inconcientes no reprimidos que entretejen nuestro pensar con vivencias reales.

Estos pensamientos no reprimidos son en sí mismos, tanto componentes naturales que se conectan y transforman, como agentes culturales.

Podemos responder que los psicoanalistas estamos entrenados para trabajar en estas canteras por donde esa asociación libre discurre como fruto de introspecciones subjetivas e inter-subjetivas. Tampoco desatendemos a la realidad, ya sea que llueva o explote un edificio.

Lo nuestro no es tan solo un ofertorios de silencios, de voces, de interpretaciones y espacios y de climas empáticos. Tampoco un simulacro terapéutico.
Lo nuestro es una realización.
Discriminamos realidad de ficción sin matar la ilusión.
Las palabras y el mismo silencio en la sesión encuentran la potencia intentando dejar de estar y ser amenazadas o amenazantes.

Una respuesta a esta combinatoria entre la palabra y la música se encuentra en la ópera Capriccio de Strauss. El dilema de Madeleine se expresa frente al espejo al tener que elegir entre dos amantes “el poeta y el músico”. Cuando se interroga descubre que la fatalidad la amenaza ya que si separa la palabra de la música pierde inexorablemente a uno de ellos.

La construcción de una conciencia ecológica

Ya que a muchos nos ha gustado aquella expresión de Donald Winnicott sobre “un medio suficientemente bueno” porque concluir retomando la propuesta de Bordelois:
“El lenguaje nunca se acaba, no hay que salir a buscar o comprar sus elementos como debe hacer el escultor o el pintor…allí esta inacabable…nunca se agota” (…)
“El que realmente nos espera y nos exige, es el lenguaje, ese proteico, multiforme y eterno, superior y anterior a nosotros. Aquello indecible, escandaloso y sublime, escandalosamente sublime, que el público, interesado en el éxito, justamente no comprende. Como la lluvia surge del agua y vuelve al agua, como el mar asciende al cielo para regresar a sí mismo, así la poesía emerge del lenguaje y al lenguaje vuelve, purificándolo en el viaje desde los abismos a las alturas más remotas”
Como psicoanalista hoy siento que la autora de la cita enriquece nuestro compromiso con las palabras iluminando las tinieblas de lo profundo.

Cerrando esta ponencia y dado que las palabras son parte de nuestras herramientas, me interesa transcribir lo que anota Bordelois, como violencias positivas (+) y violencias negativas (-).
Positivas (+):
• (+) transforman y ponen en marcha la creatividad fecundante del giro lingüístico. Ellas no nos llevarían al fracaso de la palabra.
• (+) son los maridajes que transforman y enriquecen, las transgresiones de los poetas las variaciones dialectales que enriquecen potencialidades”
Negativas (-):
• (-) las que emanan del poder que somete y aniquila, las de un poder pretencioso de monopolio, las que por cuestiones de género o institucionales desde un uso exclusivo niegan libertades, las que niegan acceso al juego y niegan el conocimiento diverso y plural. Los que de último niegan el misterio.
• (-) los usos y maneras propagandistas de la palabra en lo político y comercial que ofuscan la conciencia crítica y el conocimiento profundo.
• (-) los que erosionando lo emocional y comunicacional van cegando los manantiales que conducen la poesía.

Resumen:

En la ponencia se aborda las representaciones de palabras como intermediarios de los procesos primarios y secundarios, “ficción – realidad”. Se transita el oficio de la escucha psicoanalítica bordeando una otra escucha, expresión artística donde la palabra es protagonista. Incursiona en el tema de la violencia y se hace eco del llamado de la escritora Ivonne Bordelois por una ecología del lenguaje. Rescata la creatividad en la sesión y en el proceso.

Descriptores: PROCESO PRIMARIO – PRUEBA DE REALIDAD – INCONCIENTE NO REPRIMIDO – REPRESENTACIÓN PALABRA

Bibliografía

Auster, Paul (2013) - La Invención de la soledad. Anagrama - Otra Vuelta de tuerca- Segunda Edición.
Bollas, Cristopher (2009) - La pregunta infinita - Ed Paidos.
Bordelois, Ivonne (2005) - La palabra - Ed Zorzal.
Kristeva, Julia (2001) - La revuelta íntima - Ed Eudeba.
Sapino, Mabel (2004) - Tesis Doctoral “La creatividad como proceso ( …)” UNR Psicología.
Sapino Mabel (2010) - Espacio y tiempo para la belleza dentro del proceso psicoanalítico. SIRPIDE Roma.